lunes, 3 de mayo de 2010

Te prestaré por un tiempo a tu madre


Te prestaré por un tiempo una madre,
para que la ames mientras vivas.
Podrán ser 10, 20, 30 años o más,
hasta que la llame:
¿Podrás cuidarla?
Quiero que aprendas a vivir con ella;
le he buscado un hijo muy especial
y te he elegido a ti.
No te ofrezco que se quedará contigo para siempre,
sólo te la presto.
Ella te dará ternura y mucha alegría por tenerte.
El día que la llame no me odiarás porque la regrese a Mí.
Su ausencia corporal quedará compensada por el amor
y por los muchos y agradables recuerdos.
Ten presente que si algo te entristece,
que si el golpe del dolor te hiere un día,
tu pena será Mía y así, con todo esto,
tu luto será más llevadero.
Y habrás de decir con agradecimiento y humildad:
¡Hágase Señor, Tu Voluntad!

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